Cuando se nos habla a cerca del diezmo, creemos que se nos quiere sacar dinero, pero por el contrario, se nos habla de la llave que abre puertas de bendición. Diezmar es un acto de fe; cuando damos de nuestro tiempo, nuestro esfuerzo, nuestros bienes, para el servicio de Dios, es dar pasos de fe, sabiendo que nuestro Padre es dueño de todo cuanto existe. Nosotros somos administradores de las riquezas de nuestro Dios.

